Proyecto Rampas Salvavidas: una esperanza para la fauna atrapada en construcciones de riego

Las construcciones de riego en el medio natural suponen en muchos casos una trampa mortal para la fauna. Un precioso lagarto bético, un ratoncillo, tortugas, anfibios y hasta otras especies sorprendentes caen en los huecos abiertos en el suelo, desprotegidos y sin vía de escape, donde al cabo de los días terminan muriendo. Desde hace apenas un par de años, el Proyecto Rampas Salvavidas se asoma a estos paisajes secos rastreando el terreno, a la búsqueda de posibles víctimas. Son su última esperanza. En un solo canal han llegado a rescatar hasta 300 ejemplares.

El proyecto Rampas Salvavidas no se queda sólo en el salvamento, que ya es bastante. Además, como su nombre sugiere, se dedica a adecuar las infraestructuras deficientes que encuentra. Se trata de balsas, pozos, aljibes, canales, acequias y similares que se convierten en cárceles para una enorme variedad de animales porque “durante su construcción raramente se tiene en cuenta a la fauna que puede morir atrapada en ellas”, lamenta Conrado Requena, conocido naturalista e impulsor de esta iniciativa.

Su última actuación antes del obligado confinamiento ha tenido lugar en Lorca, un municipio de la Región de Murcia -su área principal de actuación, aunque el proyecto es extensible a todo el planeta-. Allí, del Canal de Aguas Claras ya han liberado alrededor de 300 animales, principalmente anfibios (rana común, sapillo moteado común, sapo corredor, sapo común y sapo de espuelas) y reptiles (tortuga mora, galápago leproso, lagartija colirroja, culebra viperina, culebra de collar mediterránea, culebra bastarda, culebra de escalera, culebra lisa meridional y culebra de cogulla). “Los mamíferos, al tener un metabolismo más rápido, suelen durar vivos menos tiempo y en parte por eso hemos recogido pocos, pero hemos llegado a tiempo para rescatar ratones morunos y algún erizo europeo y conejo”, recuerda Requena. Curiosamente, del mismo lugar han sacado a varios perros y hasta a una cabra doméstica.

VOLUNTARIADO

El proyecto empezó en verano del 2017 de la mano de la Asociación Renacuajos en el municipio de Cartagena y alrededores.

     Posteriormente otras asociaciones como NaturActúa en Lorca, y de forma más puntual Ambioma, Asociación Calblanque, Ecologistas en Acción Región de Murcia y ARBA Cartagena, así como personas independientes, han hecho distintas actividades de este tipo. Requena recuerda especialmente en el Canal Aguas Claras a Mari Carmen Sanz Ibarra, Juan García Pérez o José Rodríguez Ferra, que han participado en muchas de las salidas.

     Las redes sociales han influido positivamente, dice, y pone como ejemplo a ciertos youtubers, entre ellos Miguel Alonso, Raúl León (Raulophis) y Deborah Pinto, que graban sus rescates de fauna en balsas de riego, aljibes, canales... explicando el problema, las especies que encuentran y dando ejemplo de cómo manipularlas para evitar riesgos tanto para los animales que se rescatan como para las personas.

Para lograrlo, han tenido que acudir repetidas veces a este ‘punto caliente’ de rescate. Más de 30. El canal tiene aproximadamente 20 kilómetros de longitud, y "allí se quedan atrapados miles de animales. Al tener las paredes verticales, a la gran mayoría de la fauna que cae le es imposible salir. Hace unos meses, la Comunidad de Regantes de Lorca colocó varias rampas de salida en algunos tramos del canal, y aunque salvarán la vida de muchos animales aún son insuficientes para toda la fauna que cae en el canal”, se queja.

La colocación de una vía de salida no solo marca la fundamental diferencia entre la vida y la muerte, sino que, además, puede suponer una gran mejora de cara a la población. Así, en algunos casos, una rampa puede convertir a una estructura que era una trampa mortal para la fauna, en una zona de cría adecuada para algunos animales, como ocurre en algunas especies de anfibios.

En general, una vez se conozca el problema y se disponga de los recursos para construirla, “cuanto antes se coloque una medida, mejor". Y más deseable aún "antes de que llegue un periodo de lluvias, cuando salen los anfibios a reproducirse, o antes de la subida de las temperaturas, cuando los reptiles están más activos", recomienda el naturalista.

Las soluciones son múltiples. En el caso de las balsas de riego, en ocasiones han colocado rampas con tablones de madera y cemento, y más puntualmente con acumulaciones de tierra y piedras.  En el Canal de Aguas Claras, la Asociación Naturactúa, muy implicada con el proyecto, redactó una petición al Ayuntamiento de Lorca para colocar rampas de salida en el canal. Meses después, la Comunidad de Regantes de Lorca se encargó de colocar rampas metálicas en distintos tramos. En algunos aljibes han tapado las oquedades por donde podía entrar la fauna con piedras, cemento y otros materiales.

“No obstante en la mayoría de infraestructuras que hemos visitado solo se ha hecho rescate de los animales atrapados, por lo que el problema en el futuro sigue existiendo”, recuerda. La fauna que más rescatan son anfibios y reptiles, y entre las especies que “se repiten” en muchos lugares se encuentran las ranas comunes, los sapos corredores o las lagartijas colilargas.

“El grupo de animales más afectado suelen ser los anfibios, ya que dependen de puntos de agua para reproducirse y la mayoría de estas construcciones se hacen para almacenar agua, sustituyendo los hábitats naturales donde se reproducen. En el caso de anfibios de crecimiento larvario lento como el sapo partero bético (Alytes dickhilleni) -especie ‘Vulnerable’ a nivel nacional y mundial-, una población entera puede depender de uno o de pocos puntos donde el agua dura todo o casi todo el año para que los renacuajos puedan crecer, y si, por ejemplo, una poza o un arroyo se modifica para transformarlos en una balsa de riego o en una acequia con paredes verticales, puede provocarse la extinción local de una población de ésta y otras especies de anfibios”, explica Requena, que es también autor de la primera guía regional de mantis.

Durante estos rescates también se han hecho descubrimientos de especies inesperadas que no estaban citadas en una zona concreta, como un ejemplar de culebra de collar mediterránea en el mismo Canal de Aguas Claras. El hallazgo es notorio toda vez que las observaciones de esta especie, escasa en la Región de Murcia, se dan principalmente más al norte, en la Comarca del Noroeste y en Sierra Espuña.

Los afortunados animales capturados, si son especies silvestres y están sanos, se liberan momentos después en un lugar cercano pero lo suficientemente alejado de las infraestructuras peligrosas para evitar que vuelvan a caer en ellas.

Requena no recuerda el número total de acciones realizadas desde que arrancara el proyecto, “pero entre todos los participantes se habrán hecho más de un centenar”.

SI QUIERES UNIRTE

En el Proyecto Rampas Salvavidas aceptan gustosamente nuevos voluntarios. Cualquier interesado puede ver resúmenes y fotos de algunos de los rescates realizados en el blog del proyecto: http://rampas-salvavidas.blogspot.com/, y para más información, o directamente para participar en futuras salidas, el contacto es: conry.ct@gmail.com.

Cada día de voluntariado es distinto. Por ejemplo, si se prevé que va a haber reptiles atrapados, como culebras, lagartos o lagartijas, es recomendable ir por la mañana temprano debido a que ya habrá luz para verlos sin necesidad de usar linternas, pero estarán menos activos y rápidos que al mediodía, ya que estos animales se activan conforme sube la temperatura. De modo que, en principio, será más fácil capturarlos.

El tiempo que permanecen en un lugar rescatando fauna es variable. A veces, en sitios donde no esperan encontrar demasiados animales atrapados había muchos más de lo previsto, “y lo que iba a ser una prospección de unos minutos ha durado varias horas”, dice; y viceversa, en otras ocasiones, al no encontrar nada, las prospecciones han sido muy rápidas.

Cuanto más se conoce un lugar, más fácil es la previsión. Por ello, tienen registradas ya cientos de infraestructuras donde los animales quedan atrapados, y algunas en las que el riesgo es mínimo las visitan hasta sin un plan previo. Pero una infraestructura de difícil acceso, como un aljibe de varios metros de profundidad, o grande, como un canal, suele requerir una planificación previa de materiales y número de personas para que la visita sea productiva y evitar posibles accidentes.

Y a la hora de colocar rampas, “cuanto más claro tengas las medidas, en que parte de la infraestructura colocarla para que sea más efectiva, con qué material hacerla... y cuantas más personas, materiales y herramientas se lleven, mejor. No obstante, a veces hemos hecho rampas de salida improvisando sobre la marcha que se han quedado bastante bien”, reconoce.

El proyecto no tiene duración determinada, “surgió para dar a conocer esta situación y animar a la gente a hacer rescates de fauna y rampas de salida. El objetivo es reducir el riesgo todo lo posible, así que aún queda muchísimo trabajo por hacer.", incide Requena, quien apunta que aunque haya arrancado en la Región de Murcia, puntualmente se ha hecho algún que otro rescate en otras provincias. No en vano, "las infraestructuras de riego peligrosas para la fauna se distribuyen principalmente en las zonas con menos precipitaciones. En la Región de Murcia hay miles de ellas, pero ocurre por casi toda España y en multitud de lugares en todo el mundo”, advierte.

El problema se conoce desde hace mucho tiempo, aunque hasta ahora poca gente era consciente o hacía algo para remediarlo. “Por suerte cada vez son más las personas que lo conocen e intentan poner su granito de arena para salvar la vida de algunos animales afectados por estas infraestructuras”, dice el naturalista.

Voluntarios que, a pesar de atravesar estas extrañas circunstancias, no paran: “¡claro que se pueden hacer cosas estos días! Algunas personas que trabajan en el campo durante el confinamiento han podido hacer algún que otro rescate puntual, y quienes que no tienen la oportunidad de salir siempre pueden dar a conocer este grave problema a los demás o planificar futuras salidas para rescatar fauna o colocar rampas de salida en estas construcciones en cuanto acabe el periodo de cuarentena y sea seguro salir”, anima, con ganas, Conrado Requena.

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Rampa de salida instalada y adecentada en el Canal Aguas Claras (Lorca, Región de Murcia) por el Poryecto Rampas Salvavidas. Imagen: cortesía de Conrado Requena.

En la imagen principal, al lado de la rampa, un galápago leproso, un ratón moruno y una rana común. Arriba: sapo corredor y culebra viperina. Todos, animales rescatados.

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.