A 1.057 metros de altitud, rodeado de verdes laderas, el blanco Centro de Migración de Aves Roncesvalles-Orreaga despunta al clarear la niebla. El edificio es una parada obligada para los interesados en el fenómeno de la migración de aves y un atractivo para los peregrinos del Camino de Santiago, que cruza su puerta. Por el alto de Ibañeta, en el prepirineo navarro, se canalizan la mayor parte de las aves migratorias de Navarra. Aves que, además, "son listas", nos cuenta Antonio Munilla, secretario de la asociación Gurelur, entidad que gestiona el local.