Las Vías Pecuarias se reivindican a lo grande en su primer Día Nacional

Se celebra este domingo, de manera aún no oficial, con decenas de actividades en todo el país para visibilizar el enorme potencial de esta histórica red de caminos


Un rebaño haciendo uso de una antigua vía pecuaria. Imágenes: Antonio Contreras

MANIFIESTO

Día de las Vías Pecuarias 2019

 

Desde que el hombre se hizo pastor trashumante en la más remota antigüedad, la necesidad de trasladar el ganado de los pastos de verano a los de invierno determinó la aparición de unos itinerarios que, aprovechando los pasos más practicables (puertos de montaña, vados de ríos, etcétera), fueron tejiendo año tras año una compleja red de comunicaciones en la Península Ibérica, las vías pecuarias, cuyo uso para estos fines, aunque muy disminuido, todavía se conserva Esta red de vías pecuarias, tan arraigada en nuestro paisaje, ayuda a comprender relaciones económicas, de parentesco, influencias culturales, enfrentamientos y alianzas, y tantas otras circunstancias de la historia y economía españolas. Al ser la red de comunicaciones más antigua que ponía en contacto a los pueblos peninsulares, por sus caminos ha discurrido y se ha conformado nuestro pasado.

    La historia de estos itinerarios es, por tanto, una parte importante de la de nuestro país, y la conservación de este patrimonio vial trasciende del mero hecho económico de su utilidad para convertirse en la protección y el rescate de uno de los más importantes monumentos de nuestro acervo cultural.

    Las vías pecuarias son competencia autonómica, y están reguladas por la Ley de Vías Pecuarias de 1995 a nivel estatal, y a nivel autonómico en algunos casos por leyes o reglamentos autonómicos. Suponían al menos 125.000 kilómetros de recorrido, de los que una gran parte ya pueden estar perdidos por embalses y otras infraestructuras.

    La Ley de Vías Pecuarias aprobada en 1995 obliga a las Comunidades Autónomas a su protección, es decir, a tenerlas clasificadas, deslindadas, amojonadas, y en estado de uso, recuperando las que se encontraran usurpadas. Además, especifica en su disposición adicional primera que las vías pecuarias no clasificadas deberían clasificarse urgentemente.

    Sin embargo, no es esa la situación, sino que muchísimas vías pecuarias se encuentran usurpadas, disminuyendo su ancho o, en muchos casos, cortando transversalmente las veredas por cancelas. La situación administrativa es variable, según la comunidad autónoma: desde algunas en que aún hay muchos municipios sin clasificación de vías pecuarias, como la Comunidad Valenciana o Cataluña, otras donde apenas hay deslindes, como Murcia; el caso de Andalucía, donde entre los años 2000 y 2008 hubo un importante impulso de recuperación de vías pecuarias que sin embargo quedó parado en seco, y lo que es peor, gran parte de los deslindes realizados están anulados o suspendidos. Hasta Extremadura, Castilla-La Mancha o Madrid, donde es menos frecuente el cierre de vías pecuarias, aunque no están exentas de problemas.

    En general, la PICP reclama a las Comunidades Autónomas que cumplan las obligaciones que las leyes les confieren con respecto a las vías pecuarias:

● Aprobar, como dice la ley, aunque 24 años más tarde, con extrema urgencia, la clasificación de las vías pecuarias en los términos municipales en los que aún no exista esta clasificación, sin olvidar los abrevaderos, descansaderos, majadas y demás lugares asociados a las mismas.

● Deslindar las vías pecuarias, en especial aquellas en que haya duda sobre su recorrido, estén cerradas o amenazadas de cierre por los titulares de las fincas colindantes.

● Inscribir las vías pecuarias en el Catastro y en el Registro de la Propiedad.

● Recuperar las vías pecuarias que se encuentren usurpadas.

● Conservar las vías pecuarias en estado óptimo, tanto para el uso primitivo y prioritario, el tránsito ganadero, como para usos complementarios como senderismo, ciclismo, y disfrute de la naturaleza en general.

● Mantener la vigilancia para evitar otras agresiones a las vías pecuarias como su transformación en vertederos, circulación de vehículos a motor no autorizados, roturaciones, etc., y para que puedan desempeñar el papel de corredores ecológicos asignado por la Ley.

● Creación de patronatos o consejos de usuarios de vías pecuarias.

    Las asociaciones y particulares que organizamos y participamos en el  'I Día de las Vías Pecuarias' no cejaremos hasta que las administraciones cumplan con estos, que son sus deberes legales y su responsabilidad ante los ciudadanos.

El próximo domingo, 7 de abril, se va a celebrar el primer Día Nacional de las Vías Pecuarias, una fecha que aún está sin oficializar pero que se lanza a la sociedad a modo de ensayo para visibilizar el enorme potencial que tiene esta histórica, formidable y preciosa (en su segunda acepción: “de mucho valor”) red de caminos. En la Región de Murcia, la defensa de este patrimonio cuenta con grandes adeptos, entre quienes se encuentra Antonio Contreras, catedrático de la Universidad de Murcia, alma mater de las prácticas en las que los alumnos de Veterinaria acompañan a un rebaño trashumante en su vereda entre la Sierra del Segura y Sierra Morena, y miembro del Grupo de Trabajo de las Vías Pecuarias de la asociación Murcia en Bici, entidad que ha organizado un par de rutas reivindicativas en esta fecha señalada.

No por casualidad, además, esta iniciativa arranca en medio de la campaña electoral. La obvia -y sana- intención es que entre en los debates “para que los partidos políticos se den por enterados de que existe este patrimonio, que nos lo están robando”, sostiene. Todo ello, porque “hay muy poco conocimiento, y mientras no se conozcan es imposible que se puedan defender”. El primer paso, apunta, es visibilizarlas, “teniendo en cuenta que no son propiedad de ningún partido político en concreto. De hecho, hay Comunidades Autónomas de uno y otro signo que destacan igualmente por su defensa o por el desinterés frente a las Vías Pecuarias”, recuerda.

Lamenta que en la Región de Murcia, en concreto, “sobre el papel se hacen muchas cosas, pero tenemos un porcentaje de deslinde que no llega al uno por ciento. Así, ni se sabe por dónde va el trazado. Y las ocupaciones luego son muy difíciles de corregir, porque no van a tirar un chalé o una infraestructura ya construidos”. De modo que, puntualiza, tras la clasificación, el siguiente acto administrativo para permitir la protección de las Vías Pecuarias es el deslinde, que aquí es aún una asignatura pendiente.

Pero, ante todo, la fecha se dirige a la gente porque, para su defensa, “el primer paso es la presión ciudadana”, defiende el profesor. La idea es que la población conozca del valor de las Vías Pecuarias, de las que habla con pasión. “Primero, porque es terreno de dominio público, es de todos, es algo de lo que no se deberían aprovechar unos pocos”.

Y no solo la longitud -en la Región hay unos 2.800 kilómetros-, sino también la extensión, que en cañadas es de 75 metros, en los cordeles de 37,5, y de más de 20 metros en las veredas”, enumera vivamente. A lo que suma infraestructuras como los descansaderos (donde los rebaños hacían escalas) y los antiquísimos abrevaderos. “Imagínate que todo eso es viable para turismo de naturaleza, deporte, actividades al aire libre... además de, donde quede, también para el tránsito de ganado trashumante o en extensivo que aún practican el pastoreo, que aunque la mayor parte se ha perdido, en algunos lugares aún tienen problemas al desconocerse el trazado actual de las vías, por lo que el deslinde sería muy útil”, insiste.

Igualmente, se trata de un territorio cultural y muy notoriamente conforma también valiosos corredores ecológicos, “como pequeñas micro reservas de fauna y flora, por donde la vida correría de forma libre; no en vano, son caminos que conectan parques naturales y zonas de alto valor ecológico, que es por donde se movían los rebaños”, sin olvidar el papel crucial de los citados abrevaderos para la supervivencia de los amenazados anfibios, que encuentran en estas aguas permanentes un oasis en el que reproducirse.

En España, además, este patrimonio tiene características únicas. Aquí, los trayectos son mucho más largos que en la Europa norte o central; y posee una marcada estacionalidad de las zonas de pastoreo en la invernada o en los agostaderos. En nuestro país, las rutas unen sin problemas la Cordillera Cantábrica con Andalucía, o Albarracín con las tierras de Reinos (Valencia y Murcia). La buena fama de la lana de las ovejas merinas hizo de este producto el mejor valorado del mundo y llevó a la Corona a apoyar a La Mesta para defender los privilegios de esta ganadería, añadiendo valores históricos a una red de caminos insólita por su longitud (125.000 kilómetros y 420.000 hectáreas) y por sus potentes infraestructuras. Un patrimonio sin igual que, desde 1995, ha perdido el 30 por ciento de su representación, según algunos cálculos.

Por ello, merece el esfuerzo de conseguir reservar para él un día en el calendario. Propuesto por la Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos, en un trabajo codo con codo con Ecologistas en Acción, ambas entidades denuncian “la falta de conservación de este patrimonio vial, la ocupación con infraestructuras públicas y privadas y el cierre sistemático de estas vías de comunicación por parte de terratenientes, administraciones y pequeños propietarios”. Reclaman para esta “red de caminos públicos más antigua y en la actualidad, amenazada” que, “tal y como señala la Ley de Vías Pecuarias de 1995, se obligue a las Comunidades Autónomas a su protección: clasificación, deslinde y amojonamiento. Y que se vigile el buen uso y se actúe contra quienes cierran y usurpan nuestras vías pecuarias”.

Hay al menos 40 asociaciones de todo el país que se han sumado y han organizado más de una treintena de actividades. Contreras está contento porque lleva tiempo anhelando la celebración de este día, pero advierte de que se trata de una “fecha piloto”, ya que hay que considerar las diferencias entre el norte y del sur. Y la cosa no ha sido fácil. Así, en los debates de la Plataforma se desechó el 23 de marzo (día en que se promulgó la ley de las Vías Pecuarias) por el frío septentrional; también se habló de hacerla en otoño, cuando muchos rebaños están trashumando; pero “creo que en primavera no va a salir mal, sólo que sería una fecha 'móvil' para que no coincida con Semana Santa”, apunta. Además, tiene de su parte que está cerca del 8 de abril, en el que, en 2017, se nombró a la trashumancia Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Así que la elección, definitivamente, parece acertada.

“Esperamos una presencia importante en los medios y que la gente se plantee que hay mucho más que un rebaño de merinas de paso, anualmente, por La Cibeles. Que sepan que existen infinidad de kilómetros que conectan todos los municipios y que hay que defenderlos antes de que desaparezcan”. “Trabajo, hay muchísimo”, reconoce, y más ahora que el medio rural, donde se encuentra el grueso de las personas que defendían estos trazados, está desapareciendo, “pero aún queda gente, como las asociaciones senderistas, que también luchan por esto” . De hecho, “la sensación que tengo es de que el interés va creciendo y de que quien descubre este mundo se sorprende y se crean nuevos defensores para las Vías Pecuarias”, comenta esperanzado.

Con todo, tras la ilusionante 'prueba piloto' de este domingo, que se va a celebrar a lo grande, quedará un año para hacer ajustes, aprender, tomar nota y, en el redondo 2020, celebrar de nuevo, ya oficialmente, el merecido Día Nacional de las Vías Pecuarias.

ACTIVIDADES:

- Ruta en bici con encanto (Organiza: Murcia en Bici).
Ruta por el cordel de Las Pocicas y cueva de la Excomunión (Organiza: Caramucel, naturaleza e historia).
- Ruta por las Vías Pecuarias (Organiza: Caralluma).
Ruta en bici en familia (Organiza: Murcia en Bici).
Fiesta del Pastor por el Día de las Vías Pecuarias (Organiza: PICP y EEA).

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Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.