Después de cuatro años de intenso trabajo, finaliza el proyecto ATLAS, un ambicioso estudio para ahondar en el conocimiento de los ecosistemas profundos del Atlántico Norte y mar de Alborán que, entre otros logros, ha traído el descubierto doce nuevas especies para la ciencia, según informa el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en una nota de prensa.

El balance final de ATLAS arroja 45 expediciones oceanográficas, así como la publicación de más de 200 artículos científicos, la descripción de más de 30 hábitats (incluyendo varios ecosistemas vulnerables) y el descubrimiento de esa docena nuevas especies para la ciencia, de las cuales siete han sido publicadas por investigadores del IEO, en colaboración con científicos de otras instituciones. Buena parte del conocimiento generado en ATLAS, que ha obtenido importantes resultados, está permitiendo a los investigadores asesorar y ofrecer herramientas para que los gobiernos y la industria mejoren la gestión de los recursos marinos con el fin de hacer su explotación más sostenible.

El proyecto ATLAS dio comienzo en 2016, financiado con nueve millones de euros por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea. Estaba conformado por un consorcio de investigadores de doce países y 25 instituciones, siendo su objetivo explorar los fondos profundos del Atlántico Norte, mejorar el conocimiento de su biodiversidad y obtener información que permita predecir los futuros cambios en los ecosistemas originados por el cambio climático.

El (IEO) ha sido la única institución de investigación española en este ambicioso proyecto. Sus contribuciones aportadas con el objetivo de mejorar el conocimiento de las zonas profundas del Atlántico han sido numerosas, cubriendo diferentes áreas de conocimiento. “Hemos contribuido, entre otros, a comprender mejor la influencia del agua Mediterránea en los ecosistemas bentónicos profundos del Atlántico, al conocimiento de la geomorfología y distribución de hábitats de diversas estructuras submarinas en el Atlántico profundo y, además, buena parte de los conocimientos adquiridos nos han permitido contribuir al desarrollo de los planes de gestión de algunas zonas, así como a avanzar en desarrollar instrumentos para poder responder mejor a la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina en las zonas profundas y sentar los primeros pasos de la planificación espacial marina tanto en zonas del Noreste como del Noroeste Atlántico”, explica Covadonga Orejas, investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO y responsable de la participación del IEO en ATLAS.

Los resultados de ATLAS han mostrado también que buena parte de los ecosistemas profundos atlánticos están en peligro. Entre las investigaciones más relevantes de ATLAS, se encuentra la constatación de que la circulación a gran escala del océano Atlántico ha cambiado dramáticamente en los últimos 150 años debido al cambio climático, y la confirmación de que el calentamiento y la acidificación de los océanos pueden alterar la distribución geográfica de varias especies formadoras de hábitats, como es el caso de los corales de profundidad y también de especies de peces de profundidad con una gran importancia comercial. “El estudio de las variables oceanográficas del entorno en el que se desarrollan especies de especial interés para su conservación permiten conocer su distribución y predecir cómo se verán afectadas por posible cambios", explica Pedro Vélez, físico del Centro Oceanográfico de Canarias del IEO y participante de ATLAS.

El IEO lideró en 2016 la expedición oceanográfica Medwaves, una de las mayores del proyecto, cuyo objetivo fue seguir el recorrido del agua mediterránea desde el mar de Alborán hasta las islas Azores, pasando por el golfo de Cádiz y los montes submarinos al suroeste del cabo de San Vicente, estudiando su potencial influencia en la presencia de determinadas especies estructuradoras de los ecosistemas bentónicos profundos, como corales, esponjas o gorgonias. Durante más de un mes, a bordo del buque de investigación Sarmiento de Gamboa, 38 científicos de ocho nacionalidades liderados por Covadonga Orejas estudiaron con un enfoque multidisciplinar diferentes estructuras geomorfológicas; se realizó la adquisición de datos batimétricos, se filmaron las comunidades bentónicas profundas mediante un ROV, se recogieron muestras de fauna y sedimento y se tomaron datos físico-químicos de las características del aguas.

Los resultados de esta expedición han permitido a los investigadores del IEO describir hasta la fecha siete nuevas especies para la ciencia, de las 12 descubiertas a lo largo de todo el proyecto ATLAS. “Entre las especies descritas, cabe mencionar el bivalvo Myonera atlasiana, encontrado en el volcán de fango Gazul en el golfo de Cádiz, o el briozoo Buskea medwaves, cuyos nombres se eligieron en homenaje al proyecto y la expedición”, explica José Luis Rueda, investigador del Centro Oceanográfico de Málaga del IEO y coautor en la descripción de las siete especies. “Actualmente seguimos trabajando con muestras de Medwaves en la descripción de otras nuevas especies y citas para aguas españolas”, añade el científico.

Buena parte del equipo de investigación que se ha consolidado gracias al proyecto ATLAS continúa en la actualidad su colaboración para mejorar el conocimiento de los ecosistemas profundos gracias al proyecto europeo iAtlantic, en vigor hasta mediados de 2023 y que permitirá conocer en detalle doce nuevas áreas.

2021-01-19

  • Un par de especies investigadas en la expedición oceanográfica Medwaves. Imagen: IEO
    Un par de especies investigadas en la expedición oceanográfica Medwaves. Imagen: IEO.