Una reciente investigación ha descubierto que los ataques fallidos que aparentemente superan los renacuajos de los sapos de espuelas (Pelobates cultripes) pueden derivar en una ventaja para el depredador y una desventaja para la presa porque en un futuro serán ejemplares más fáciles de cazar, según anuncia en una nota de prensa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), cuyos científicos han llevado a cabo el estudio.

El trabajo ha analizado cómo afectan al desarrollo futuro de los sapos de esta especie los ataques no letales que sufren los renacuajos. La idea parte del hecho de que los renacuajos usan sus colas para nadar, lo que constituye su principal defensa. En muchas ocasiones, los ataques de los depredadores no son letales pero sí consiguen desprender un fragmento de la cola de sus víctimas potenciales. Aunque los renacuajos pueden sobrevivir a la pérdida parcial de la cola, esta pérdida reduce su velocidad de natación y, por lo tanto, su capacidad para huir de futuros ataques.

Lo que no se sabía es cómo esta pérdida podría afectar a su locomoción tras la metamorfosis. "La cola de los renacuajos es una estructura que desparece tras la metamorfosis, lo cual podría llevarnos a pensar que perder o sufrir daños en esta parte del cuerpo podría no afectar al desarrollo futuro del ejemplar", explica Francisco Javier Zamora-Camacho, investigador del MNCN .

Sin embargo, estudios previos ya habían demostrado que los renacuajos que sufren pérdidas parciales de su cola terminan la metamorfosis con una peor condición corporal porque son sapos más delgados. Este hallazgo podría sugerir que el material contenido en la cola es importante en el desarrollo del cuerpo del sapo.

"Siguiendo este razonamiento, testamos la hipótesis de que la pérdida parcial de material caudal en renacuajos también provocara que crecieran sapos con las extremidades más cortas. Si fuera así, la capacidad de salto de los sapos resultantes sería menor porque las ranas y sapos con extremidades más largas saltan más", contextualiza Zamora-Camacho. En este trabajo han comprobado esta hipótesis, ya que los sapos resultantes de renacuajos a los que se les había amputado parcialmente la cola presentaron extremidades posteriores más cortas y, en consecuencia, peor capacidad de salto. Esto conlleva una ventaja para el depredador y una desventaja para la presa, ya que la capacidad de huir con éxito de un ataque se ve disminuida. Por tanto, esta pérdida, que se produce en renacuajos con relativa frecuencia, tiene efectos negativos en la locomoción que persisten después de la metamorfosis, lo que compromete la capacidad tanto de renacuajos como de sapos de sobrevivir a ataques posteriores.

"Este es el primer trabajo que muestra los efectos de estos ataques a lo largo de diferentes estadios de la vida de los animales", continúa Zamora-Camacho. "Otra conclusión importante del estudio es que no siempre hay una respuesta adaptativa frente al riesgo de depredación, ya que pone de manifiesto el efecto negativo de los ataques por parte de los predadores en el comportamiento antipredatorio de las presas", explica Pedro Aragón, también investigador del MNCN.

2019-05-21

  • Imagen: CSIC
    Imagen: CSIC.