Un equipo internacional ha demostrado que aumentar la duración de la cobertura vegetal (es decir: la vegetación que cubre el suelo agrícola, ya sea cultivo u otra planta) tiene un efecto positivo en el rendimiento agronómico de los campos de cereal y que aumenta la biodiversidad edáfica y la provisión de servicios del ecosistema como la regulación del clima o la fertilidad del suelo, según informa en una nota de prensa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha participado en el trabajo junto a la Universidad de Alicante y la Universidad Rey Juan Carlos.

La agricultura actual se enfrenta al desafío de aumentar la producción ante una demanda creciente y hacerlo evitando que haya un coste ambiental elevado. “Una de las aproximaciones más prometedoras para conseguir este doble objetivo es promover la biodiversidad en los campos agrícolas, tanto de cultivos como de microorganismos del suelo”, apunta Pablo García Palacios, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC). “En este trabajo hemos utilizado una aproximación inspirada en la ecología de ecosistemas para investigar las relaciones entre la diversidad de cultivos, la diversidad microbiana del suelo, el rendimiento agronómico y la funcionalidad del suelo. El estudio lo hemos realizado utilizando campos de cereal con distintos manejos, tipos de suelo y condiciones climáticas”, afirma el científico.

Los resultados de la investigación muestran que la duración de la cubierta vegetal en los campos de cereal es tan importante como el tipo de suelo, el clima y la intensidad del manejo agronómico (labores que se realizan para preparar un cultivo) a través de la fertilización, el laboreo o los pesticidas. “Hemos utilizado una red europea de 155 campos de cereal distribuidos por España, Francia, Suiza, Alemania y Suecia. En estos campos hemos medido el rendimiento del cereal, la biodiversidad del suelo (hongos, bacterias, arqueas y protistas) y más de 20 variables relacionadas con la funcionalidad del suelo. También hemos realizado encuestas a los agricultores para determinar la intensidad del manejo agronómico”, sostiene David Sánchez Pescador, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos.

Los resultados de este estudio sugieren la importancia de extender la duración de la cubierta vegetal más allá de las limitaciones impuestas por las condiciones climáticas de la zona al cultivo de cereal. Por ejemplo, utilizando cultivos de cobertura para cubrir el intervalo de tiempo entre la cosecha del cereal y el establecimiento del siguiente cultivo.

El trabajo, que forma parte del proyecto europeo Digging_Deeper, financiado por el programa Biodiversa COFUND y en el que participan más de 20 investigadores de cinco países europeos, destaca la importancia de la colaboración entre científicos de disciplinas como la agronomía, la ecología, la microbiología y la biogeoquímica para realizar una investigación puntera capaz de responder a los desafíos de la agricultura actual. “El establecimiento de este tipo de consorcios europeos permite la realización de estudios a escala continental, que son fundamentales para informar las decisiones políticas que afectan a la gestión de las zonas agrícolas dentro de la Unión Europea”, afirma Fernando T. Maestre, científico de la Universidad de Alicante e investigador principal del equipo español que participa en este proyecto.

El estudio se publica en la revista Nature Food.

2021-01-13

  • Campo de trigo en Franquesas del Vallés (Barcelona), uno de los analizados en el trabajo. Imagen: David Sánchez Pescador / CSIC
    Campo de trigo en Franquesas del Vallés (Barcelona), uno de los analizados en el trabajo. Imagen: David Sánchez Pescador / CSIC.