Un nuevo estudio científico acaba de describir una ruta hasta ahora no descrita de la exposición a insecticidas neonicotinoides y concluye que cuando estos tóxicos están presentes en la mielada de plantas tratadas pueden dañar de forma colateral a insectos beneficiosos que se alimentan de esta mielada contaminada, según informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyos investigadores participan en el trabajo.

La mielada (también llamada ligamaza, rocío de miel, mielato o melado) es una sustancia rica en azúcares que, entre otros orígenes, es excretada por los insectos que se alimentan del floema, y que son fuente importante de nutrientes para muchos insectos beneficiosos, como los polinizadores y los enemigos naturales de las plagas de insectos. Según una nota de prensa de la Unviersidad de Valencia, la mielada -que aquí citan como melaza- es una fuente de alimentación que suele ser más abundante que el néctar en los agroecosistemas

Por su parte, los neonicotinoides se encuentran entre los insecticidas más utilizados y pueden dañar a los insectos beneficiosos que se alimentan de néctar y polen contaminados.

Los autores del estudio examinaron si los insectos beneficiosos también podrían estar expuestos a los neonicotinoides a través de mielada contaminada. Para ello recolectaron mielada producida por cochinillas algodonosas (Planococcus citri) alimentadas con cítricos tratados, bien con agua, o bien con los neonicotinoides tiametoxam e imidacloprid aplicados a través del suelo o en forma de aerosol foliar.

Durante la investigación, dos especies beneficiosas de insectos fueron alimentadas con esta mielada: un sírfido (Sphaerophoria rueppellii) y una avispa parásita (Anagyrus pseudococci). La mayoría de los sírfidos y las avispas que se alimentaron de mielada producida por cochinillas de árboles tratados con tiametoxam murieron en tres días, al igual que aproximadamente la mitad de los sírfidos que se alimentaron de mielada de árboles tratados con imidacloprid foliar. Ello, en comparación con el 6-15% de muertes de insectos beneficiosos alimentados con la mielada control.

La mielada presente en una fracción significativa de árboles tratados con insecticida contenía niveles detectables de neonicotinoides. No se detectaron, por el contrario, neonicotinoides en la mielada de los árboles control.

Los resultados del estudio sugieren que los insectos beneficiosos podrían estar expuestos a los neonicotinoides a través de la mielada contaminada, lo que podría afectar a una gama más amplia de insectos que la de aquellos expuestos al néctar contaminado.

Según el texto de la Universidad de Valencia, “El estudio sugiere que la melaza contaminada con neonicotinoides puede estar presente en numerosos ecosistemas porque se usan en todo el mundo en muchos cultivos que, al mismo tiempo, están infestados por insectos que producen la melaza”, destaca Marcel Dicke, de la Universidad de Wageningen (WUR). De hecho, los neonicotinoides se utilizan en los cultivos más importantes, incluidos el algodón, la colza, la soja, las plantas ornamentales, los huertos frutales, las hortalizas de invernadero, la papa, el arroz, el girasol, el maíz o las semillas para la exportación. Además, en comparación con el néctar, que está presente solamente durante el breve periodo de floración, la melaza está presente durante todo el año. Por lo tanto, puede afectar a una gama más amplia de insectos beneficiosos.

Esta misma nota añade que "el efecto de estos insecticidas sistémicos es probablemente mucho mayor que el observado actualmente", defiende que esta ruta de exposición "merece ser incluida en las evaluaciones de riesgo llevadas a cabo por la EFSA y la EPA". “El presente estudio debería estimular aún más el desarrollo de estrategias de protección de cultivos que no dependen de insecticidas de amplio alcance como los neonicotinoides”, destacan Miguel Calvo, investigador predoctoral del IVIA y de la Universidad de Wageningen (WUR), y Yolanda Picó, investigadora del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE) de la Universidad de Valencia, el CSIC y la Generalitat Valenciana.

El trabajo, en el que participa el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE) -centro mixto del CSIC-, la Universitat de València y la Generalitat Valenciana, aparece publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

2019-08-06

  • 'Sphaerophoria rueppellii' alimentándose de mielada. Imagen: CSIC
    'Sphaerophoria rueppellii' alimentándose de mielada. Imagen: CSIC.
  • A un lado un parasitoide y al otro abejas, dos ejemplos de seres vivos que se alimentan de melaza.  Imagen: Universidad de Valencia
    A un lado un parasitoide y al otro abejas, dos ejemplos de seres vivos que se alimentan de melaza. Imagen: Universidad de Valencia.