Una reciente investigación centrada en los ácaros de las plumas de las aves ha demostrado que los saltos de un hospedador a otro con una lejana relación de parentesco (es decir, entre especies a larga distancia filogenética) son responsables de la aparición del 21% de las especies y del 38% de los géneros actuales de los taxones estudiados, según revela una nota de prensa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con ello se constata que estos cambios, a pesar de ser extremadamente infrecuentes, tienen una gran repercusión evolutiva para los simbiontes, impulsando la creación de nuevas especies.

Los organismos simbiontes pueden ser mutualistas -cuando ambas especies se benefician-, comensalistas -si la relación es beneficiosa para una de las especies e indiferente para la otra-, o parásitos -cuando la relación es positiva para una especie y perjudicial para la otra-. Los saltos de hospedador son los cambios que suceden cuando cambian de especie hospedadora. Son eventos raros y difíciles de detectar que, a la luz de esta investigación, pueden tener un gran impacto. Sobre todo los que se producen entre especies de hospedador alejadas filogenéticamente, por ejemplo el salto de la gripe aviaria a mamíferos. “Estos saltos a larga distancia filogenética son los más infrecuentes entre los saltos de hospedador, pero presentan sin embargo un alto potencial evolutivo”, explica Jorge Doña, investigador de la Estación Biológica de Doñana y autor principal del estudio. “Esto es así porque generalmente las condiciones encontradas en el nuevo hospedador son muy diferentes a las del hospedador natural, y el flujo génico también se interrumpe de forma muy abrupta. En esta situación, las presiones de selección serán mayores y esto puede llevar a procesos de especiación y diversificación más rápidos”, añade. De hecho, comprender la pauta de esta diversificación es crucial para entender enfermedades emergentes o las plagas en los cultivos.

Los resultados del estudio apoyan que los simbiontes pueden ser entendidos como “bombas de relojería” con gran potencial evolutivo para iniciar radiaciones en grupos insospechados. Asimismo, el trabajo resalta la necesidad de un mayor esfuerzo de investigación hacia el estudio de procesos marginales en general y, en particular, a los saltos de hospedador a larga distancia filogenética, como proceso determinante para la diversificación evolutiva de los simbiontes y con grandes implicaciones para otras áreas.

“Más en general, este estudio muestra el poder del azar como una fuerza facilitadora de la generación de biodiversidad (como la llegada de un ácaro a una nueva especie de ave, por azar, y la formación de una nueva especie), y no como una fuerza destructora de patrones (ruido) como se suele ver el azar en la ecología”, señala Roger Jovani, investigador de la Estación Biológica de Doñana.

El trabajo ha sido realizado por un equipo internacional liderado por investigadores del CSIC.

2017-11-27