Ecologistas en Acción (EEA) señala que en Murcia apenas se recupera el 7,3% de los materiales plásticos de deshecho y reivindica la necesidad de implantar el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) de envases por su capacidad para valorizar este tipo de residuos, asegurar la calidad de los envases regresados y evitar el abandono de estos materiales en el entorno urbano y natural, según indica la entidad en una nota de prensa.

La organización recuerda que el mes pasado, un informe de Ecoembes presentado por el concejal de Fomento de Murcia "celebraba que la aportación neta de la población murciana al contenedor amarillo de envases fue sensiblemente superior a la media registrada en el resto del país, 9,61 kg por habitante (0,3 kg más que la media española)". Pero EEA considera que las cifras de recuperación de residuos plásticos de la Región de Murcia "apenas rozan el 7,3% de los mismos. Cerca de 83.000 toneladas de plásticos son enviadas y enterradas en los vertederos del territorio, algo más de la mitad son envases".

"Tras veinte años de Sistema Integral de Gestión (SIG) de materiales reciclables, no parece que el avance en las tasas de recuperación sea digno de alabanza", advierte la nota, que añad que "si tenemos en cuenta que el contenedor amarillo capta unas 3.600 toneladas de envases de plástico y que una cantidad trece veces superior es rechazada a vertedero (46.000 toneladas), queda un largo camino por recorrer y muchos envases por incluir en el sistema".

Para EEA existen alternativas para canalizar buena parte de esos envases perdidos o enterrados que han dado muy buenos resultados en otras comunidades de España y fuera de sus fronteras "como es el caso del SDDR", un mecanismo que suele tomar la forma de una red de máquinas que registran el regreso y devuelven la pequeña tasa abonada por el envase en la compra del producto.

Según Joan Marc Simón, director ejecutivo de Zero Waste Europe (organización con sede en Bruselas que defiende un modelo de gestión que aspire a un escenario de Residuo Cero), “el sistema de retorno de envases tiene la virtud de poner en valor lo que otros consideran basura e incentivar su recuperación”. Por otra parte, señala que el SDDR garantiza y controla la calidad de los envases devueltos, pues llegan limpios de restos orgánicos y sin compactar, lo que facilita su reincorporación en el circuito de uso y reduce los costes de procesamiento.

Otro problema característico del esquema actual de gestión, inciden en EEA, es el abandono de envases en el medio natural y urbano. Investigaciones de la Fundación Ellen MacArthur revelan que el 72% de los envases de plástico no se recuperan: una tercera parte son abandonados en el entorno y un 14% acaban en los hornos de las incineradoras. “Numerosas experiencias han demostrado que el SDDR consigue reducir la cantidad de envases que acaban extraviados en un 40%”, expone Joan Marc Simón. De hecho, varios países y regiones que utilizan este sistema (Flandes, norte de Italia, Alemania, etc.) han conseguido reciclar cerca del 90% de los envases que producen.

Asimismo, existen mecanismos fiscales que pueden intervenir en el mercado a favor de la producción de envases con materiales reciclables y sostenibles. Hay recipientes que entorpecen las labores de recuperación por aparecer, en la mayoría de las ocasiones, contaminados de materia orgánica o ser de un tamaño muy reducido. Es el caso de las cápsulas individuales de café, mantequilla, mermelada o leche. Joan Marc Simón recuerda que ese tipo de envases, como las botellas de agua, están prohibidos en la oferta de productos de los edificios públicos de ciudades como Hamburgo. “En Bruselas, estamos trabajando para impulsar una nueva legislación de responsabilidad ampliada del productor: los materiales tóxicos se tienen que prohibir, los materiales que no se pueden reciclar tienen que ser grabados con nuevos impuestos y los materiales más ecológicos deben ser respaldados por subvenciones extraídas del dinero recaudado a partir de malas prácticas”, añade el experto.

2017-10-14