El laberinto de la compra ecorresponsable
Si queremos ejercer de consumidores ecorresponsables en nuestro día a día, nos lo han puesto francamente difícil. No sé si conocen ustedes la gran cantidad de alimentos y cosméticos que llevan entre sus ingredientes el aceite de palma. Lo que sí saben ya muchos es que su elaboración arrasa el hábitat del orangután. Si rechaza este hecho, deténganse a leer etiquetas y verá cuántos productos tiene que desechar. Hay que estar alertas todo el tiempo. Por ecorresponsables, hace tiempo que abandonamos el uso de aparatos fabricados con CFCs y otras sustancias que debilitan la capa de ozono. Dejaríamos de comprar la mayoría de los productos del súper por venir sobre envasados y por exceso de plástico. El poliestireno está prohibido en Nueva York: es imposible de reciclar, se ha relacionado con efectos carcinogénicos y con alteraciones endocrinas y los animales marinos lo confunden con comida. En lo personal, esta narradora ambiental recuerda cómo se regodeaba -hace ya mucho- con el sabor del palmito, hasta que supo que estaba en peligro de extinción. Si quieren ejercer de consumidores ecorresponsables, como digo, no podrán llenar el carrito de la compra en un comercio generalista. Y tendrá usted que llevar un manual para salir airoso del laberinto, porque hay un montón de variados ejemplos en las estanterías y son muchos los frentes. Y es que aquí funciona aquello de primero arraso, que luego ya, si eso, lo vemos... Como determinada pesca que agota los caladeros... Pero primero esquilmo y luego ya, si eso... O los OMG. Que serán o no peligrosos, pero si no quiere comprarlos, allá se apañe usted. Y ¿es que no podemos hacerlo bien desde el principio?, ¿no se podría consultar a los técnicos en materia medioambiental antes de tomar semejantes decisiones?, ¿es que todo se hace a hechos consumados/consumidos? Eso sí, por goteo van apareciendo cada vez más comercios ecorreponsables, que distinguen entre una y otra oferta y te facilitan la tediosa selección. También estaría bien disponer de un rincón ecorresponsable -que no es lo mismo que ecológico- en el súper habitual. Es una opción, quizá ya exista algo así por ahí. Además, se crearía un nuevo nicho laboral. Y, por cierto, recuerden no echar mi cadáver a los buitres. Mi doctor me recetó un medicamento con diclofenaco, que afecta a estas aves. No miré el prospecto a tiempo. Si es que no puede ser. Ni morirse con ecorresponsbilidad le dejan a una. Seguimos cavilando.
Algunas etiquetas de productos que incluyen aceite de palma.
